PLATA


Cuando tus poros se cerraron
y tu piel se volvió fría como la luna,
patiné hasta el agujero que nunca acaba,
viendo tu cara empequeñecer al final del túnel.
Pasé años hasta parar y cuando lo hice...
Seguí soñando con volver a sentir tu aliento,
envenenado mi atmósfera y absolviéndome.
Pero el tiempo todo lo puede y hoy,
te has convertido en mi estatua de sal
y al alejarme un poco, sueño que eres de plata.