A la mañana tus poros dibujaban naranjas, reflejos del fuego pasado en la noche. Pero tu perfecta silueta....... no quiso enraizar en mi pecho ...Quise tener la oportunidad de contarte, la historia de quien lloró por tu ausencia. Pero te fuiste y me tatuaste esa imagen de tu espalda alejándose para siempre. No hubo jamás luz sin oscuridad... Tampoco amor sin sufrimiento. Desde esta orilla, el sol muere en el océano de nuestra distancia.